Archivo Guerra, odisea de la conservación
Jimmy Montañez
En 1970 la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) adquirió parte del acervo generado y conservado por la familia Guerra, que produjo más de 500 mil imágenes. En su inmensa mayoría negativos de distintos soportes desde el colodión húmedo, placa seca, nitrato de celulosa, diacetatos de celulosa, triacetatos, así como las modernas películas de poliéster y de color. Los formatos son de lo más variado, desde 16 X 20 pulgadas hasta los de 35mm.
Las placas de vidrio fueron depositadas en la biblioteca central de la UADY y en 1975 trasladadas a la Facultad de Antropología, donde se colocaron en diversos cuartos y en el mismo laboratorio. A su vez se conformó un equipo de trabajo que se abocó a investigar el acervo.
En una segunda etapa de trabajo se incursionó en el conocimiento de la conservación fotográfica y se estableció relación con otras instituciones, como el archivo Casasola. Así surge la Fototeca Pedro Guerra.
Con estos organismos se realizaron cursos de identificación y conservación de materiales fotográficos del siglo XIX, impartidos por expertos del George Eatsman Museum o la Cineteca de Sao Paulo. Se trazó un plan de trabajo para estabilizar las piezas, bajo la conciencia de que el clima tropical, caluroso y húmedo de Yucatán no es propicio para estos materiales.
En 1987 se construyó un local que dividió la bóveda del laboratorio, eliminando de esta forma agregados de humedad y gases de los químicos empleados en el laboratorio. Se instalaron aires acondicionados de ventana. Entonces se adquirió la segunda parte de la producción del estudio fotográfico Guerra, todo el material con soporte plástico. La colección quedó completa.
En noviembre de 1996 la Harvard Collage Library subvencionó un sistema de aire acondicionado. Su instalación quedó lista al año siguiente; se consiguieron las temperaturas adecuadas para archivos fotográficos como el Guerra, de 20° C.
Con la llegada de las nuevas tecnologías la fototeca inició la digitalización del archivo y la transferencia de su catálogo a una base de datos que facilita la consulta de las imágenes y la información referente a éstas.
El avance más destacado de la fototeca se da a partir del interés de Fomento Cultural Banamex que desde 1999 y de forma ininterrumpida aporta recursos al salvamento de este archivo.
También ha sido fundamental el apoyo de la administración del Dr. Francisco Fernández, quien gestionó las partidas de recursos para dotar a la fototeca de equipo fotográfico profesional, así como del equipo también profesional de extracción de humedad.
Hoy la Fototeca Pedro Guerra cuenta con una bóveda a 17° C. y una humedad relativa de 30 por ciento, los 365 días del año, monitoreado con datalogers del Instituto de la Permanencia de la Imagen.
El ochenta por ciento de las imágenes en soporte de vidrio (colodión húmedo y placas secas) se encuentran estabilizadas, en cajas negras de polipropileno y sobres libres de acido, de éstas, 60 por ciento están digitalizadas. De los negativos de nitrato de celulosa, el 60 por ciento se ha digitalizado y un 65 por ciento ha sido congelado en empaques especiales para frenar el deterioro inherente a este tipo de soporte, disminuyendo el riesgo de autocombustión.
Las piezas en película de seguridad son las que tienen un avance menor, un 30 por ciento han sido estabilizadas y 10 por ciento digitalizadas.
Para subsanar deficiencias en la catalogación a lo largo de los años el actual encargado ha recibido capacitación y se abocará a recabar información de otros archivos con el fin de presentar una propuesta para la adecuación del programa y la metodología.
Se han realizado tres publicaciones a partir de este acervo: Mérida el despertar de un Siglo (1992), Haciendas Henequeneras de Yucatán (2004), Zonas Arqueológicas de Yucatán (2005) y otros más sobre Mérida.
Sobre Cámara Zavala
El campo de acción de la fototeca se ha extendido; en su bóveda se conservan colecciones del Sindicato de Ferrocarriles, imágenes históricas del municipio de Valladolid y los negativos del estudio Espinosa Alcalá. Actualmente hay platicas para recibir la colección de imágenes de la descendencia coreana en Yucatán y el archivo de uno de los fotógrafos más importantes de la entidad: Raúl Cámara Zavala, quien en 1924 abrió en la ciudad de Mérida el “Estudio Cámara”, dedicado a la fotografía de galería y también comercial. Posteriormente fundó el “Estudio Alpha” donde se dedicó de lleno a la fotografía de galería.
Cámara introdujo en Yucatán la cámara de 35mm., ejerció como fotógrafo de prensa, durante las temporadas de excavación e investigación en Yucatán fue fotógrafo oficial de la Carnegie Institution of Washinton, en el proyecto Chichen Itza, donde colaboró con los arqueólogos Sylvanus G. Morley, T.A. Willard y John H. Bolles, quien utilizó en su libro Las Monjas a Major Pre-Mexican Architectural Civilización Maya las fotografías del Sr. Cámara. En el libro La Civilización Maya, de Sylvanus G. Morley, también se encuentran muchas de sus imágenes.
Fue el primer fotógrafo que tomó imágenes aéreas de las ruinas de Yucatán, mismas que han sido publicadas en infinidad de revistas y publicaciones arqueológicas. Además de ser pionero de la fotografía a colores en la entidad, él instaló el primer laboratorio para revelar e imprimir los rollos de película “Ansco”.