Aguascalientes, el vértigo del movimiento
Aguascalientes, el vértigo del movimiento
Miguel Ángel Torres
En una sociedad permeada por las tradiciones es una sorpresa redescubrir que hasta lo impasible tiene el vértigo del eterno movimiento.
Las imágenes que de forma hospitalaria da a conocer Cuartoscuro en ocasión del 436 aniversario de la fundación de la ciudad de Aguascalientes revelan en el laboratorio de espirales, tanques y ámbitos ambarinos, así como en la magia de las nuevas tecnologías, la transculturización, proceso que ha ampliado la visión de los maestros de la lente, quienes, no obstante, ayudan a preservar los arraigos.
Guachichiles, chichimecos, zacatecos y chicahuales, en extinción por la guerra de exterminio de la corona española, marcaron el sino y devenir de este territorio. Hoy, otra guerra desatada de manera inaudita entre fuerzas armadas, tiene entre sus más numerosas víctimas al tercer ejército, desarmado por completo e inválido en las argucias del combate: el pueblo.
Aguascalientes, otrora sitio de paso en la ruta de la plata y hoy en la globalización desquiciante de las maquiladoras, es tránsito de riquezas para muy pocos y sede de pobrezas perpetuas y replicantes de grandes mayorías. Reconocido por su riqueza cultural en casi todas las disciplinas de arte, es estado favorecido por los mecenas que propiciaron en sus beneficiarios el auge del trabajo creativo dirigido hacia las élites, aunque criminalizando las expresiones populares, situación ésta que prevalece hasta nuestros días.
Atisbos del fotoperiodismo asoman en estas serie de imágenes, así como el pensar creativo en el estudio, resultado de la apertura de mercados y neuronas, con evidentes influencias anglosajonas y eurocéntricas. Ya no los registros de bodas, romerías, obispos, empresarios, políticos y las idas a misa que inundaban las páginas de los medios.
Amalgama de lentes, tiempos, enfoques, técnicas y pulsos, muestran abstracción y realidades de un rincón, donde deambula La Catrina, se le festeja, venera, teme y respeta a la icónica dientona en la ciudad donde los suicidios de jóvenes sin oportunidades son el pan de cada día, donde se recoge la angustia sin liberar tras un cristal, fugacidad de la pluma del cócono silvestre, la mano de obra enclaustrada en un salario miserable, bajo un cielo fulgurante deleitado por ombligos siderales, antesala de deleites fugaces.
Están en estas páginas y en el recuento documental de la región, el quehacer de los trabajadores de la lente de prensa. Este ejercicio e intercambio entre Cuartoscuro y los apasionados del clic, es una revelación de lo que falta por caminar entre las luces y las sombras que dan crudeza, serenidad, sosiego, rebeldía, inspiración mediante un momento capturado. Es, sobre todo, un reto para que los reporteros gráficos abran sus propias veredas y nos digan lo que miramos, pero no vemos, afloren lo que trasciende de la aparente cotidianidad que por su monotonía parece imperturbable y cuya fuerza no valoramos.
Si quieres leer más, te invitamos a consultar la versión impresa de Cuartoscuro 110.