Encierro

por Rosaura Pozos

 

 

©Rosaura Pozos
 


Iniciado como una copia de los encierros de toros en honor a San Fermín que se realizan en Pamplona, España, desde 1954, en el poblado mexicano de Huamantla, Tlaxcala, se lleva a cabo un evento que cada agosto convoca a miles de personas.

Comúnmente conocido como Huamantlada, dicho acontecimiento adquirió características propias a mediados de los setenta, cuando se creó un circuito de varias calles cerradas en las que se soltaron toros para entretenimiento de los aficionados a la fiesta brava.

Desde entonces, en punto de las 12 horas del tercer sábado de agosto y después de permanecer desde la media noche del día anterior en cajones donde casi no pueden moverse, 25 toros son liberados para ser asediados por la multitud y convertirse en el centro de un acontecimiento que culmina dos o tres horas después, una vez que el cansancio y las heridas de los animales no les permiten ya responder a la provocación, y varias personas han resultado heridas.

 

Rosaura Pozos Villanueva

 

Trabajó como reportera gráfica en diarios de circulación regional y nacional. Ha participado en 17 exposiciones colectivas y realizado exposiciones individuales en Tlaxcala, Puebla, Veracruz, Zacatecas y Distrito Federal. Actualmente desarrolla proyectos fotográficos de manera independiente.

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Un comentario

  1. Quero felicitar a Rosaura Pozos, quien es mi paisana, yo tambien soy de Tlaxcala y me parece que tu trabajo es excelente, con esta serie fotográfica muestras un lado muy poco visto por la gente y me parece que agregas un poco de conciencia para quien gusta de este evento, tan tradicional, pero tan peligroso

  2. Que mal informacion, no es una copia de las fiestas de san fermin, pamplona, En españa, despues de correr en el circuito que dura 2.5 min, aproximadamente, se llevan a la plaza a torearlos en la corrida.
    En Huamantla, se regresan al cajon, pues los toros son rentados, ya no se llevan a la plaza de toros.

  3. angek_d efectivamente no es una copia de las fiestas de San Fermin, pero inició como tal. Con el pasar de los años la gente no disfrutaba en su totalidad el espectáculo y optaron por torear los toros en la calle y se convirtió en la capea más grande del mundo. En la última edición (2013) los toros fueron rentados pero cada año se compraban solo para el encierro. Excelente fotografías, muchas felicidades, muestra una cara del encierro que no toda la gente logra ver, el toro bravo es un animal de respetar.

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