Saber y sentir de la fotografía en la UNAM. Las imágenes de Foto al cien
Laura González Flores, Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM
Para apreciar el valor de selección Foto al cien resulta ilustrativo remontarnos a los inicios de la fotografía. Hace ciento setenta y un años, la fotografía todavía no gozaba de una apreciación popular, por lo que sus inventores se vieron en la necesidad de elaborar argumentos para justificar su valor. El 3 de julio de 1839 el astrónomo, físico y diputado François Aragó leyó, ante la Cámara de Diputados francesa, un documento mediante el cual buscaba comprobar que “la fijación de imágenes de la cámara oscura” inventada por Jacques Louis Mandé Daguerre constituía efectivamente un invento útil. El texto destacaba que la daguerrotipia sería de gran utilidad tanto a las ciencias como a las artes y, también, que su adquisición por parte del estado francés aseguraría su difusión y utilización como medio social y público.
Ya en la primera década del siglo XXI —y a cien años de la integración de las distintas escuelas en la Universidad Nacional—, la validez y repercusión de los argumentos de Aragó nos resultan evidentes: sin la presencia ubicua de la fotografía no podríamos comprender la complejidad de la cultura actual, ni de la Universidad. A este respecto, la multiplicidad de propuestas de Foto el cien es un síntoma y reflejo de la pluralidad de actividades de una institución como la Universidad. El valor de esta selección de imágenes no radica sólo en mostrar la variedad de temas y recursos fotográficos. Sobre todo, la muestra vuelve evidente la diversidad de usos e intenciones de las representaciones fotográficas: mientras que algunas de éstas utilizan la capacidad documental de la fotografía para hacer un registro de los espacios y las actividades que identificamos con la Universidad, otras emplean la cualidad estética del medio para hacernos sentir. Saber y sentir: de lo documental a lo expresivo, las fotografías de Foto al cien constituyen una miríada de perspectivas sobre la experiencia universitaria. Así, las imágenes de la selección logran algo más que hacernos saber cómo es el aspecto físico de los espacios universitarios o cuáles son las múltiples actividades de docencia, investigación, difusión de la cultura y comunicación social que se llevan a cabo en la Universidad. A través de cualidades formales y expresivas cuidadosamente trabajadas, las imágenes transmiten algo inefable: qué se siente estar en la Universidad.
Mediante un uso sutil e intencionado de la luz y el color, algunas imágenes de edificios y espacios universitarios transmiten la utopía y el reto arquitectónico que representó la construcción de la Ciudad Universitaria. Otras fotografías elaboran descripciones minuciosas y estéticas de los sofisticados equipamientos utilizados en los procesos de investigación tecnológica o científica de la universidad. Las más, sin embargo, representan a los integrantes de la gigantesca comunidad universitaria ocupando sus diferentes espacios: el campus central, el Centro Cultural Universitario, el Estadio Olímpico, las bibliotecas y laboratorios de distintas dependencias, las aulas de diversas facultades.
Desde múltiples puntos de vista, las fotografías reconstruyen el tejido de comunicación social implícito en la actividad universitaria. Se centran en el esfuerzo de colaboración necesario para la realización de una cirugía; en la generosidad y disposición al diálogo de los profesores en el ejercicio de sus cátedras; en el brío y tesón requeridos para el desempeño de excelencia en el arte o el deporte; o en la concentración necesaria para el desarrollo riguroso del estudio o la investigación. El ritmo, el reflejo, el contraste y la contraposición de formas son recursos comunes en muchas imágenes, mediante los cuales se acentúa el contrapunto expresivo entre el fondo (el espacio de la Universidad) y la figura (los universitarios). Por medio de elementos estéticos se propone una dialéctica afectiva entre personas y espacio: si hubiera un elemento común a las imágenes éste sería el espacio de la Universidad como escenario del desarrollo intelectual, físico y emocional del individuo.
Saber y sentir: dos modos aparentemente antitéticos de experimentar el mundo, los de la ciencia y el arte, que se encuentran en la justificación de la fotografía por parte de sus inventores y, también, en la noción de universitas —o voluntad ecuménica—, eje fundamental de la misión de la Universidad. Lo que subyace, en definitiva, a la diversidad de propuestas de Foto al cien es la pluralidad de experiencias posibles en la Universidad: una institución que reúne ciencia, humanidades, arte, deporte y difusión de la cultura y que tiene como misión compleja el saber y el sentir. Una tarea que, como sugieren las fotos, sólo es posible gracias al papel activo y responsable de los integrantes de la comunidad universitaria ante la sociedad que ésta representa.