FLOR GARDUÑO: LA CONSTRUCCIÓN DEL INSTANTE
Por Carolina Romero
De alguna u otra manera, Flor Garduño ha seguido un sueño que tuvo desde la infancia: el de ser pintora. Con su cámara ha pintado con luz toda la fantasía del mundo mágico que le mostró su maestra Kati Horna a través de la fotografía.
Para ella, cada imagen que ha capturado a lo largo de los últimos 30 años es como un “botín”, un tesoro que resulta de la diversión, alegría y aventuras que le trae el estar detrás de la toma.
Esa mirada viva y apasionada por su trabajo está presente en la muestra Flor Garduño. La construcción del instante, que se encuentra expuesta en el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), Oaxaca.
En un recorrido visual de más de cien imágenes —que van desde paisajes hasta retratos— se encuentra lo esencial a la mirada de Flor, el trabajo que ha llevado a cabo desde los ochenta y que no funciona a modo de retrospectiva, sino que busca mostrar la necesidad de la fotógrafa por componer imágenes que la cautiven, siempre con la pasión que la caracteriza.
“En cada una de mis fotos pueden imaginarse a una fotógrafa atrás que está súper emocionada”, comenta Flor. “Estoy tan agradecida de hacer lo que me gusta y de tener una cámara en la bolsa. ¡Qué diversión! ¡Qué alegría!” “Hay fotos de todo tipo y todas son para dar gracias, para reconocer a los autores en los retratos; a la vida, a través de los paisajes, volcanes y tornados; a América Latina…».
De acuerdo con Francisco Reyes Palma, curador de la muestra, el eje discursivo “es el trabajo con la luz y transmitir cómo en el caso de Flor Garduño se entrelaza una subjetividad tenaz y de difícil clasificación con su biografía personal y sus experiencias formativas y profesionales”.
Agrega que esta selección de imágenes busca “mostrar que el panorama de la fotografía mexicana es una constelación de gran complejidad, lejos de genealogías y taxonomías cerradas”.
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