AHEAD, O FOTOGRAFÍAS DEL ANONIMATO

Por Carolina Romero
Desde siempre, Anouk Kruithof ha caminado por las calles de muchas ciudades alrededor del mundo. Entre las multitudes de personas que vienen y van en el ajetreo de las grandes urbes, la artista holandesa empezó a fotografiar algunos estilos de cabello que le parecían estéticos y alocados.
Así, por diversión y sin ninguna pretensión, comenzó a gestarse AHEAD, su más reciente trabajo fotográfico.
Cuando el boom de la era digital trajo consigo la posibilidad de identificar a cualquier persona a través de sus rasgos faciales, Anouk intentó subir las fotos que había tomado a redes sociales para saber si a través de la tecnología se podría reconocer a la persona.
“Obviamente eso no pasó”, comenta, pero la idea de que sus fotografías fueran antirretratos anónimos para la sociedad mediática le fascinó al grado de poner en marcha un proyecto basado en borrar la identidad de las personas.
Con un montón de papeles de colores y un Iphone, Anouk y algunos asistentes salían a las calles con el sólo propósito de preguntarle a quien pasara si podían fotografiarlo de espaldas.
Sólo dos de cada diez decían que sí. Era entonces cuando la artista le daba a elegir un color de papel para colocarlo de fondo en cualquier pared, le pedía que se diera la vuelta y tomaba la foto con su celular. Así lo hicieron en varias ciudades del este de Europa, Nueva York y la Ciudad de México.
“También está relacionado con la idea de que cuando te tomas una selfie, tú escoges el fondo o el lugar. Esto es lo opuesto: escoges el fondo, pero eso se convierte en el primer plano. Eso me pareció gracioso, me gustó darle ese twist”, añade.
Escoger la nuca como objeto del retrato dejó muy pronto de tratarse sobre sólo cabello o estilos de peinado. Por otro lado, se convirtió en el símbolo del lugar donde está el cerebro; en la representación de que las personas importan por lo que piensan, por sus ideas.
Una vez reunidas las 1,080 fotos que la artista tenía en mente, cada una representando un pixel de cualquier pantalla digital, los retratos se unieron de manera cromática uno con otro hasta que se formó una sola imagen grande y abstracta.
“Para mí esto es sobre mucha gente reunida, la democracia, unificación de las personas y al mismo tiempo, si te acercas un poco, puedes notar que todos son diferentes entre sí. Pero no puedes saber si son hombres o mujeres, si están felices o tristes, o cual es su nacionalidad… eso queda borrado”.
Esta es la historia de AHEAD contada por Anouk. Uno puede leerla, pero eso a ella no le importa, sino que ese uno vea su obra y pueda pensar, crear sus propias ideas y sentirse libre de interpretar sus fotografías.
AHEAD estará expuesta en el Fotomuro del Centro de la Imagen hasta el 18 de junio.
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