EL BICHO EN EL CUERPO, EXPOSICIÓN "CONVIVENCIA"
Por Cynthia Pérez
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En 1997 Óscar tenía frente a sí tres frascos de pastillas para iniciar su tratamiento del virus de inmunodeficiencia humana (VIH). “¿Qué hago con esto, me echo a correr yo o las echo a correr a ellas?, al final me las tomé y las fotografié”.
En ese momento, decisivo para su vida personal, realizó la primera foto de muchas que integran los portafolios: El paso del tiempo, Adherencia, Efectos secundarios y Convivencia.
Para hablar de un tema tan íntimo, una enfermedad crónica, el fotógrafo Óscar Sánchez eligió hacerlo a través del autorretrato como una manera de explorar sentimientos, pensamientos y cambios físicos que el VIH ha ido dejando en su cuerpo después de albergar el virus en su sistema desde hace 14 años.
Los medicamentos que debe ingerir para tener la enfermedad en control protagonizan varias de la imágenes. También representaciones “del bicho”, como llama el fotógrafo al virus, son constantemente fotografiadas. Diminutos diseños realizados por el artista en plastilina, amorfos pero dotados siempre de ojos, invaden espacios en los encuadres, dando la impresión de acorralar a alguien, de ir detrás de ese alguien implacablemente.
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La evolución en la manera de fotografiar es evidente, al pasar de retratos ordinarios a piezas en las que el cuerpo de Sánchez va fragmentándose, yendo cada vez más a lo particular. Fotos de ojos, manos, pies, cabello, son intervenidas, a veces mutiladas o rotas para dar paso a vacío y alteraciones que pretenden emular estragos del VIH.
A pesar de contar con el apoyo familiar para sobrellevar la enfermedad, es apenas en las tomas más recientes cuando el fotógrafo vincula su trabajo al pasado, a su niñez y a su familia. Sánchez explica que esto sólo se debe a una evolución en el tratamiento del tema, el cual continuará trabajando.