XUU RO', A 365 DÍAS DE LA GRIETA
Texto y fotos de Jacciel Morales
La noche del 7 de septiembre del 2017 se convirtió en una fecha inolvidable para los pueblos del Istmo de Tehuantepec. Es inexplicable describirla, cada uno tiene en sus corazones y mentes un sinfín de sentimientos guardados en el fondo de su ser.
Un terremoto de 8.2 grados movió nuestra alma de pies a cabeza; a eso lo nombro renacimiento.
De entre los escombros resurgió la hermandad y con ello el amor de mucha gente que lo compartió para sanar las heridas, que a un año siguen abiertas, pero con un corazón fuerte y que está de pie.
Xuu Ro’, es decir Terremoto 7s, no es una colección o una serie de fotografías, no son imágenes que sólo se hicieron con un clic en la cámara fotográfica. Tampoco son personas posando para una lente, son retratos para no olvidar y que capté para homenajear a quienes nos quedamos y a los que nos dejaron esa noche.
Con el terremoto, las tradiciones nunca murieron; al contrario, se hicieron más fuertes. No importó celebrar a los muertos sin techo, la navidad sin hogar y la cuaresma sin Iglesia.
Retratos para no olvidar refleja los colores y texturas de las almas de los sobrevivientes de la tragedia, quienes muestran su humilde ser como columnas fortalecidas entre los escombros.
En las imágenes se ven corazones que resurgen de los derrumbes y de la destrucción, pero que palpitan con fuerza por la vida y por el amor a los suyos y a esta mágica tierra.
Para ser el orgullo de los que se fueron, en esta reconstrucción la cultura, el colorido, los sabores y saberes deben ser nuestros cimientos, que son la esencia de los pueblos istmeños ante el mundo.
El terremoto no llegó para dividir, las paredes destruidas se convirtieron en vínculo de hermandad con los nuestros, para que en este renacer prevalezca la paz y esperanza.
365 días para algunos pueden ser insignificantes, pero para el istmeño es el inicio de un nuevo camino que tiene mucho por recorrer.
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