UNIVERSUS: TATIANA PARCERO

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Texto: María José Martínez

A la par que creamos un vínculo con aquel entorno circundante, la naturaleza nos interfiere directamente como una marca indeleble, un tatuaje que llevamos impregnado. Si una especie, animal o vegetal, se extingue… ¿nos afecta directamente? En el lugar en que reposa el lazo entre el ser humano y lo natural, la fotografía podría funcionar como un medio para expresar alguna supuesta simbiosis…

Residente en Argentina, pero nacida mexicana y egresada de la Facultad de Psicología de la UNAM, la fotógrafa Tatiana Parcero inaugurará “Universus” este jueves 27 de noviembre en el Museo Archivo de la Fotografía (MAF). Más que una retrospectiva, la muestra es un mapa hacia el recordatorio, como introspección, de la forma en que la naturaleza permea nuestro cuerpo, y aun más allá de lo corpóreo, cómo puede impregnarse en la esencia humana. “Quería mostrar mi trabajo de los últimos catorce años y preguntarme qué pasaría si no tuviéramos el cuidado de preservar la naturaleza, reflexionar”, relata la fotógrafa que adiciona el tipo de técnica que utiliza, acetatos a color, impresión en papel metálico, de algodón, fotografía directa y posteriormente digitalizada.

Cuando se mira una fotografía de Tatiana Parcero se observa una doble intervención: por una parte, la intervención realizada digitalmente por la artista con motivos de flores, aves y elementos naturales; por otra, una especie de tatuaje impregnado en su cuerpo dentro de la imagen. “Al utilizar cierto detalle al intervenir la fotografía, ya sea de naturaleza, iconográfico o de algún códice, está en el cuerpo como una especie de tatuaje temporal. A diferencia del tatuaje lo mío no es permanente, yo no me tatúo el cuerpo pero al estar el cuerpo trabajado es como si esa parte estuviera impregnada, es una forma de reflexionar sobre lo que nos pasa”, detalla frente a una de las imágenes que componen la exposición.

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En promedio setenta piezas, dispuestas algunas de manera cronológica, muestran a la fotógrafa en una especie de autorretrato anónimo, pues la idea base es que el público ceda a la interpretación personal. El tema que converge en las imágenes es la relación, algunas veces por extremo tácita, entre la naturaleza y nosotros mismos. El nombre de la muestra proviene de latín “unus” /uno, y “versus” /convertido, porque remite a la noción de unidad y el punto de inflexión entre el uno y el otro, al fin todas las cosas. El estudio en la psicología y la psique también han intervenido su manera de fotografiar; “que hagan sus propias interpretaciones”, comanda la artista con respecto a los futuros espectadores de su obra.

“Mi forma de trabajar es espontánea, cuando me surge una idea empiezo a leer, a escribir y a investigar. Cada imagen lleva mucho tiempo y trabajo; para llegar a cada una de las fotos quizá pasé por cinco bocetos anteriores”. Comparte además, acerca de sus inicios en la fotografía, que su padre le regaló su primer cámara a los 12 años y fue entonces, como ella lo describe, que ocurrió como detonador en su introducción a la fotografía. Posteriormente, en el Consejo Mexicano de Fotografía, perteneció al Taller de Pedro Meyer y cuenta que empezó a desarrollar su trabajo personal.

“Universus” permanece abierta hasta el 05 de abril de 2015 en el Museo Archivo de la Fotografía, República de Guatemala 34, Centro Histórico, Ciudad de México.

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