Te presentamos el trabajo de Cecilia Álvarez, alumna del taller Cuartoscuro
Fotos y texto: Cecilia Álvarez
«Ha sido complicado ser transgénero, pues no tengo acceso a buscar un trabajo en alguna empresa y tener un sueldo, pero no me veo así, no tengo ningún interés». Adriana Maren Carrasco es una artista y mujer transgénero originaria de la Ciudad de México, donde radica actualmente.
Desde que estaba en la primaria, Adriana se percató de su habilidad para dibujar, lograba copiar cualquier cosa de fotos y viendo lo que hacían otros artistas, comenzó a dibujar de manera autodidacta pero sin ningún estilo.
«En el 2011 inicié estudios con la artista Roxana Wiley y en el 2012 asistí a un taller en Alemania hiperrealista con el artista Dirk Dzimirsky, ahí aprendí las técnicas que manejo actualmente, fue un taller de 5 días y a partir de eso empecé a dibujar de manera constante. A partir de este curso pinté en formatos más grandes y de diferentes temas. En el 2014 Dzimirsky me llama para trabajar como su asistente en Alemania. Estaba empezando a hacerme cirugías, me cambié de nombre, me fui a Alemania, fundé una escuela en la Ciudad de México y ya tengo alumnos graduados».
«En el 2017 tuve una exposición en Suiza donde hice un homenaje con otros artistas al suizo Hans Rudi Giger, artista gráfico y escultor, quien creó la saga de Alien, me involucré mucho con este proyecto, me gusta mucho el trabajo de este señor porque me encanta pintar con aerógrafo. En 2017 dejé de tomar las hormonas y empecé a tener cambios físicos, la gente me empezó a tratar en masculino de manera inadecuada, al dejar las hormonas bajé 20 kilos y me cambió la cara, fue como regresar otra vez al principio, ya había invertido mucho tiempo y dinero en el proceso, eso me llevó a una depresión clínica, me diagnosticaron con síndrome de ansiedad y depresión, estuve así un buen rato, tuve pérdidas. Y cuando murió mi papá, se me juntó todo, luego viene la pandemia y me aislé mucho, pero me acerqué más a mi mamá, a mis tías».
«En mi trabajo influyeron los periodos largos de soledad y aislamiento voluntario, preferí estar sola para reflexionar sobre mi nueva realidad, mis cambios y sobre lo que quiero lograr, adaptarme a la nueva realidad de las cosas y a mi aspecto que ya se está haciendo masculino otra vez, pero ya no quiero pasar por el principio, más cirugías gastar más dinero, solo quiero dedicarme a mi pintura, dedicarme a enseñar».
«Estos últimos años ha aprendido a conocerme mejor y valorar lo que he hecho, mis alumnos ahora se dedican a dar clases, a pintar o tatuar y eso para mí es una satisfacción, ahora ya no espero nada de nadie, pues eso en el pasado eso fue muy doloroso. La gente se va, vienen otras, sin embargo no renuncié, sigo delante, nunca sigo las normas, hago lo que se me da la gana, no hago las cosas como se deben hacer porque no sé cómo se deben hacer, las hago como lo siento».