PORTAFOLIO. BODA DE RANCHO, GUILLERMO MORENO
[slideshow_deploy id=’46338′]
Una boda puede ser la culminación y consecuencia obvia entre dos personas que se aman y desean tener una vida juntos.
Las bodas en los ranchos no son la excepción en este sentido, pero si en las costumbres y rituales que se practican en relación con las bodas en las ciudades.
Guillermo Moreno elaboró un trabajo documental en donde este momento íntimo se comparte con todos los habitantes de una localidad, pero contrario a lo que podría pensarse, esta falta de privacidad sólo refuerza un lazo entre la pareja, la familia y todas las personas que vieron crecer a los nuevos esposos.
Belem e Ismael, celebraron su unión en el lugar que los vio nacer, Noria del gato, municipio de Villa de Ramos, San Luis Potosí; su boda fue típica de acuerdo a sus costumbres, no obstante la mirada de alguien externo pone en perspectiva su peculiaridad.
Los hermanos de Ismael están en Estados Unidos, pero justo esta situación migratoria por la que pasan miles de mexicanos permitió una boda ostentosa con recursos enviados desde el país del norte, de acuerdo a los rumores de los asistentes al evento.
Guillermo Moreno propone a través de la imagen que en las bodas de rancho la intención es que se sepa del evento, que se comunique la alegría del momento y se infiera la felicidad de los venideros.
Desde temprano se anunció en toda la comunidad la ceremonia, para convocar a todo el que quisiera acudir; al terminar la misa los nuevos esposos caminan de la mano hasta el salón ejidal, poco importa el polvo de las calles sin pavimentar o los charcos a mitad de calle, para el fotógrafo cada paso refuerza el orgullo y el arraigo de los novios por su tierra.
La comida se compartió con los cercanos, los lejanos e incluso con aquellos que sólo conocen de vista a los recién casados, más tarde la música del mariachi y el conjunto Río Grande amenizaron el festejo. Cada uno de estos detalles habituales en las bodas son ahora un orgullo para la joven pareja.
Las bodas en los ranchos no son la excepción en este sentido, pero si en las costumbres y rituales que se practican en relación con las bodas en las ciudades.
Guillermo Moreno elaboró un trabajo documental en donde este momento íntimo se comparte con todos los habitantes de una localidad, pero contrario a lo que podría pensarse, esta falta de privacidad sólo refuerza un lazo entre la pareja, la familia y todas las personas que vieron crecer a los nuevos esposos.
Belem e Ismael, celebraron su unión en el lugar que los vio nacer, Noria del gato, municipio de Villa de Ramos, San Luis Potosí; su boda fue típica de acuerdo a sus costumbres, no obstante la mirada de alguien externo pone en perspectiva su peculiaridad.
Los hermanos de Ismael están en Estados Unidos, pero justo esta situación migratoria por la que pasan miles de mexicanos permitió una boda ostentosa con recursos enviados desde el país del norte, de acuerdo a los rumores de los asistentes al evento.
Guillermo Moreno propone a través de la imagen que en las bodas de rancho la intención es que se sepa del evento, que se comunique la alegría del momento y se infiera la felicidad de los venideros.
Desde temprano se anunció en toda la comunidad la ceremonia, para convocar a todo el que quisiera acudir; al terminar la misa los nuevos esposos caminan de la mano hasta el salón ejidal, poco importa el polvo de las calles sin pavimentar o los charcos a mitad de calle, para el fotógrafo cada paso refuerza el orgullo y el arraigo de los novios por su tierra.
La comida se compartió con los cercanos, los lejanos e incluso con aquellos que sólo conocen de vista a los recién casados, más tarde la música del mariachi y el conjunto Río Grande amenizaron el festejo. Cada uno de estos detalles habituales en las bodas son ahora un orgullo para la joven pareja.
Me encanta este portafolio porque comunica en unas cuantas excelentes fotografias la esencia y el sabor de una boda de rancho… Felicidades Guillermo Moreno!