Nacho López: “Se sueña en el color y se denuncia en el blanco y negro”
Texto: Susana Rodríguez/publicado en el número 178 de Cuartoscuro
Vendrán grandes transformaciones
[incluida la Inteligencia Artificial],
trastornos y guerras
pero la fotografía consignará el conflicto eterno:
el hombre en busca de dignidad,
comida, techo y educación:
Nacho López, 1976
La fecha de nacimiento de Ignacio López Bocanegra, mejor conocido como Nacho López, varía (1923, 1924 o 1925) en la web y en algunos de los sitios que guardan la huella de sus andanzas: la Escuela de Periodismo de la Universidad de Caracas (Venezuela), el Instituto de Artes y Ciencias Cinematográficas de México, el INI, la
ENAH, el INBAL, la Universidad Veracruzana y el CUEC, así como en diversos textos publicados en revistas, periódicos y/o libros, algunos de los cuales abordan su biografía, trayectoria y legado.
Por ello, corresponde a sus familiares establecer el dato. En diversas entrevistas, Rosaura Citlali López Binnqüist ha marcado como lugar y fecha de nacimiento de su padre: Tampico, Tamaulipas, 20 de noviembre de 1923. Ante esta precisión, este año habría que celebrar también ¡el centenario del natalicio de Nacho López! Así pues, una forma de recordarlo, además de revisar, analizar y comentar sus fotografías fijas y en movimiento, sería… leer sus pies de foto, sus frases, sus textos publicados a principios de la década de los cuarenta en el Diario del Sureste, en la columna “Trapitos al sol”; por supuesto, sus escritos incluidos durante los cincuenta en las revistas Pulso, Cine Mundial, Cine Verdad, Hoy, Mañana y Siempre! Y, ante este panorama hemerográfico, se recomienda la lectura de los artículos que publicó como colaborador del diario unomásuno y aquellos que, en forma de notas informativas y entrevistas, reflejan su participación en diferentes actividades a finales de la década de los setenta y principios de los ochenta. Sobre el contenido de algunos de los textos críticos realizados por Nacho López, esta casa editorial, Cuartoscuro, en su número 80 de
octubre-noviembre de 2006, dio cuenta de ello.
López Bocanegra cuestionó, en su momento, la constitución e integración del Consejo Mexicano de Fotografía (CMF) en 1977, el Primer Coloquio Latinoamericano de Fotografía (1978) y la Bienal de Fotografía (1980) que tuvo como escenario el Palacio de Bellas Artes, en la que no tomó parte Nacho López, tras señalar que “el boom fotográfico que se viene dando en nuestro país, en donde todos quieren ser artistas, se olvida que la fotografía fundamentalmente es un reflejo de la realidad y no jueguitos de experimentación estética”.
Deben mencionarse también sus críticas previas a la realización del II Coloquio Latinoamericano de Fotografía, verificado del 21 de abril al 2 de mayo de 1981, e impugnado por 25 fotógrafos, tras señalar que el CMF, como organizador del mismo, “no representa a todos los sectores de la fotografía mexicana”. El CMF “no es representativo, no aglutina a la crema y nata de la fotografía artística, técnica y hasta publicitaria”, argumentó Nacho López, debido a que “no llamó a la Asociación Mexicana de Reporteros Gráficos ni a la Asociación de
Reporteros de Diarios” (nota periodística del 19 de abril de 1981, unomásuno).
Ya en la Segunda Bienal de Fotografía (1982), López Bocanegra participó –usando un seudónimo– con la propuesta “Vasedactigrafía” (fotografías abstractas, emulsiones que no requirieron de la óptica de la cámara), obra que fue parte de la selección expuesta por 35 fotógrafos.
Habría que recordar que, durante los debates del Primer Coloquio Latinoamericano de Fotografía se abordó una de las temáticas más relevantes de la época: “La fotografía social: testimonio o cliché”, en la que participaron Cornell Capa (de Estados Unidos), Alicia D’Amico (de Argentina), Nacho López y Elena
Urrutia (coordinadora), de México, de entre los 16 expositores invitados (nota informativa del 15 de mayo de 1978, unomásuno).
De entre las propuestas conceptuales de López Bocanegra llevadas al papel periódico, destaca aquella en la que establece que la fotografía es un arma de doble filo que incluye, “la disección de una sociedad y la disección autobiográfica del fotógrafo” (6 septiembre de 1978, unomasuno); también la argumentación respecto a que la fotografía “por su capacidad de multi-reproducción, posee la potencialidad de llegar a todas las esferas sociales” (15 de mayo 1978, unomásuno), ya que ésta, fundamentalmente es documento. Para López, “la fotografía es, y punto” (20 de agosto de 1979, unomásuno).
No podemos omitir mencionar las temáticas varias y reflexivas, como aquella sobre la lectura sociológica y las experiencias comunicantes que provocan las fotografías, pues “las vivencias se reflejan en papel fotográfico”. Abordó también asuntos como “El síndrome Álvarez Bravo y las vacas sagradas”; el fotógrafo como “un predicador que estimula al espectador”; documentos gráficos como testimonios y codificaciones que “abren las puertas a sensaciones y experiencias”, así como la necesidad de que el fotógrafo se involucre y forme parte del ambiente que registra, así como el cuestionar el hecho de que “muchos fotógrafos captan al indígena como curiosidad decorativa”.
La participación de Nacho López en distintos foros como conferenciante también permitió conocer sus propuestas referentes a la fotografía y la sociedad, a la fotografía y la semiótica, ello porque “al igual que en mensajes escritos, las imágenes fotográficas remiten, por sensibilidad y experiencia, a una cadena de recuerdos o a una asociación de situaciones”, (31 de julio de 1981, unomásuno); sobre la aproximación de la fotografía al arte, porque “el fotógrafo interpreta la realidad que capta en un hecho informativo pero cuando el fotógrafo selecciona e interpreta la foto puede convertirse en una obra de arte”, (3 de junio de 1985, La
Jornada), aunque siempre remarcó que “el fotógrafo está obligado a obedecer a la realidad objetiva por más que su interpretación del hecho mismo nazca de su percepción analítica” (2 de febrero de 1980, unomásuno).
También disertó sobre su frase: “se sueña en el color y se denuncia en el blanco y negro” y sobre el tema
de “¿contenido vs. técnica?” tras abordar la presentación y calidad de “la retrospectiva en 100 fotos de Héctor García”, el 12 de febrero de 1980. Lo dicho. Nacho López (1923-1986), bien merece ser recordado por sus imágenes fijas y en movimiento, así como por sus textos publicados en papel periódico, hoy atesorados en las hemerotecas.