LA SAL DE LA TIERRA
El documental “La Sal de la Tierra”, realizado por Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado, retrata la vida cotidiana del fotógrafo brasileño Sebastiao Salgado, que ha dedicado su vida a intentar aportar algo que pueda cambiar al mundo, hallando la mejor manera para hacerlo a través de la fotografía. En el largometraje se unen la belleza y honestidad de las imágenes de Sebastiao Salgado, junto con la inteligencia y visión narrativa de Ribeiro y de Wenders, obteniendo una obra que si bien puede llamarse desgarradora, no pierde nunca su carácter humano, tal como son las fotografías de Sebastiao Salgado: una conjunción de las vicisitudes humanas cargadas de la triste belleza que el fotógrafo imprime con cada presión del botón de su cámara. Esta belleza no es otra que la del esfuerzo diario por seguir con la vida, pese a las dificultades, inherente a cada persona, como la sal lo es a la tierra.
De manera paralela al estreno en México del documental «La sal de la tierra» se exhibe una exposición fotográfica con fotos Sebastiao Salgado e imágenes que documentan el proceso de filmación del documental, la muestra permanece en el vestíbulo del Auditorio Nacional hasta el 14 de junio.
La sal de la tierra es el hombre, que desde los inicios de la humanidad se ha visto envuelto en miles de vicisitudes. A lo largo del curso de la historia, pareciera que la evolución de las sociedades sólo ha contribuido a la segregación de la humanidad en grupos de dominados y dominadores, fenómeno que se ha acrecentado en los últimos siglos. A veces no es posible imaginarse la gran desigualdad o las amplias diferencias entre cada uno de estos grupos, que pugnan unos por dominar a más individuos y otros por abolir la dominación de que son víctimas, y sólo es posible conocerla en toda su magnitud gracias al trabajo de pocas personas que deciden entregar sus fuerzas a documentar las condiciones de la vida humana en los diferentes ámbitos de las civilizaciones y los pueblos.
Así, llegan hasta nosotros las imágenes de los jóvenes, que ocultos tras capas de polvo y minerales que les confieren un aspecto pétreo, son explotados por los dueños del capital, o de los grupos aborígenes en el indómito amazonas, que a más de 500 años del contacto con el mundo occidental, conservan sus formas ancestrales de vida; o bien, las escenas de una vida cotidiana que muchos no podrían si no sufrir, mucho menos imaginar. Pero el mundo, a pesar de todo no puede polarizarse, hay que entender que todas las realidades son distintas entre sí, y hay que conocerlas todas para comprender su funcionamiento y como se puede contribuir a generar un mundo mejor. Eso es lo que el fotógrafo Brasileño Sebastiao Salgado ha hecho a lo largo de más de cuatro décadas. Como un viajero incansable, ha recorrido los confines del mundo para descubrir en el hombre a esa entidad sin la cual el planeta no sería lo que es, para bien o para mal, juzgue el lector.
Tras cuarenta años de actividad, en las imágenes de Salgado se sintetiza al ser humano, con sus pulsiones y anhelos. Se ha movido a través de injusticias, inequidades, luchas y toda la gama de movimientos sociales desencadenados en cada rincón del mundo, para hacer posible al resto del orbe observar a los hombres y mujeres que de acuerdo a sus circunstancias buscan una vida mejor.
El documental “La Sal de la Tierra”, realizado por Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado, hijo del fotógrafo, retrata la vida cotidiana de Sebastiao, aventurero incansable que ha dedicado su vida a intentar aportar algo que pueda cambiar al mundo, hallando la mejor manera para hacerlo a través de la fotografía. En el largometraje se unen la belleza y honestidad de las imágenes de Sebastiao Salgado, junto con la inteligencia y visión narrativa de Ribeiro y de Wenders, obteniendo una obra que si bien puede llamarse desgarradora, no pierde nunca su carácter humano, tal como son las fotografías de Sebastiao Salgado: una conjunción de las vicisitudes humanas cargadas de la triste belleza que el fotógrafo imprime con cada presión del botón de su cámara. Esta belleza no es otra que la del esfuerzo diario por seguir con la vida, pese a las dificultades, inherente a cada persona, como la sal lo es a la tierra.
El documental se estará exhibiendo en diversas salas de varios estados del país. Consulta la cartelera en cines comerciales.