LA NOCTURNA

Fotorreportaje por Moisés Pablo
Mientras la ciudad duerme, los fotógrafos de la guardia nocturna esperan pacientes para retratar las historias que se ocultan en la oscuridad.
Al filo de las 11:00 de la noche, los periodistas de nota roja comienzan su guardia. Desde las instalaciones de la Procuraduría local, mantienen los ojos abiertos y los oídos atentos al teléfono, que los alerta ante cualquier noticia policiaca que se reporte en los grupos de redes sociales.
Cuando sale un «asunto», se mueven en coche o motocicleta para llegar primero, incluso antes que las autoridades, al lugar de los hechos. Una vez ahí, capturan los sucesos, ya sean accidentes automovilísticos, un “muertito”, operativos de la policía, inundaciones y hasta desastres naturales ocurridos en la madrugada.
A pesar de que las autoridades han minimizado el flujo de la información policiaca, los periodistas de la nocturna siempre están pendientes, porque, en este oficio, en cualquier momento puede saltar la liebre, comenta el reportero gráfico Alvarado Gama.
«Antes, la mayoría de los periódicos tenían a un fotógrafo asignado a esta vigilia; sin embargo, con el paso de los años ya quedan pocos», señala Jaime Llera «El Verde», reportero gráfico del periódico La Prensa.
La policiaca es una fuente que jamás descansa;  su trabajo se intensifica por las noches, cuando su guardia les exige velocidad y un extremo sentido periodístico.
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