El fotógrafo y antropólogo Adalberto Ríos Szalay, quien falleció el pasado jueves 28 de marzo, dejó un legado visual invaluable. Con obra propia y los registros documentales de sus hijos Adalberto y Ernesto Ríos Lanz, fundó Archivos Compartidos Tres Ríos, el cual se integró en 2022 al Registro Nacional Memoria del Mundo, de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
En 2016, la Secretaría de Cultura federal, a través de la Fototeca “Juan Dubernard Chauveau” del Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Morelos, recibió en donación del reconocido gestor cultural alrededor de 6,500 imágenes digitales del citado acervo: retratos de las costumbres y la diversidad cultural, inmuebles históricos y arqueológicos de esta entidad.
Cuantitativamente no es comparable con las más de un millón de fotografías de México, Latinoamérica y otros países que conforman el acervo Archivos Compartidos Tres Ríos; no obstante, son testimonio de la pasión que siempre tuvo Adalberto Ríos por su terruño, el exuberante estado de Morelos, tanto que él mismo seleccionó las imágenes bajo custodia de dicha fototeca del INAH.
Esa es su valía, sostiene el titular del repositorio, Erick Alvarado Tenorio, al puntualizar que cada fotografía está acompañada de un texto informativo que le brinda contexto, y que es resultado de los aportes del equipo multidisciplinario del Centro INAH Morelos, en particular de la arqueóloga Silvia Garza Tarazona, la restauradora Teresita Loera Cabeza de Vaca y la etnohistoriadora Marcela Tostado Gutiérrez.
Chalcatzingo significa "El lugar más preciado de los chalcas", es una zona arqueológica ubicada al oriente del estado de Morelos, en el municipio de Jantetelco. En el año 1000 a.C. Chalcatzingo fue el único sitio arqueológico conocido hasta el momento del altiplano central mexicano en el cual se elaboró arquitectura mayor, tales como, construcciones de carácter civil y excelentes bajorrelieves las cuales representan las primeras manifestaciones artísticas en su género, dentro del área mesoamericana, así como también, esculturas talladas en piedra. Además, estudios recientes han revelado que dichas particularidades son evidentes por la presencia de personas ajenas al área y grupos olmecas provenientes de la costa del golfo de México. Por lo tanto, todos estos elementos le dan al lugar connotaciones especiales.
Este centro fue construido en una fértil planicie al pie de dos prominencias orográficas: el Cerro de Chalcatzingo y el Cerro Delgado. El primero de ellos tiene evidencia de haber sido un espacio ritual de primera importancia para los antiguos habitantes de la region, se calcula que el asentamiento fue fundado alrededor del siglo XV a. C., su época de esplendor fue hasta el siglo VII a.C., durante el período Preclásico Medio y Tardío de la cronología mesoamericana. En esta época, Chalcatzingo ocupaba una importante posición como nodo de las rutas comerciales que conectaban a Guerrero, el valle de México y las tierras bajas en el Golfo de México. El florecimiento de Chalcatzingo ocurrió en el momento en que La Venta (Tabasco) también experimentaba su época de mayor apogeo, y es seguro que haya habido relación entre ambas poblaciones por los testimonios artísticos de estilo olmeca que se han localizado en la zona. Esta zona cobró notorieda
En el pueblo de Tetela del Volcan Morelos las celebraciones de Semana Santa tienen la tradicion de Los Sayones que se remonta a mas de cien años
Los Sayones son personajes que representan a los soldados que flagelaron a Jesus Se trata de una cofradia o hermandad formada por devotos que acompañan las procesiones desde el jueves santo hasta el domingo de pascua
Los Sayones utilizan capas multicolores con imágenes religiosas botas y un enorme tocado de papel de china que ha ido creciendo conforme pasan los años
Ademas de los sayones participan cuatro reyes y motocues que utilizan doble mascara y representan mensajeros
La tradicion de sayones ha ido creciendo y ha incorporado niños y existe la intencion de las mujeres de incorporarse En el año 2011 hubo 1000 sayones mas la participacion comunitaria
Los sayones pasan danzando con flautas y tambor entre una valla de personas que les lanzan fosforos parta incendiar sus tocados que llegan a medir mas de dos metros Esta quema se hacia anteriormente los sabados de Gloria por la noche ahora se celebra el Domingo de Pascua
En el pueblo de Chalcatzingo Morelos ha nacido la reproducción a escalda de cuexcomates o graneros mesoamericanos como una artesanía reciente.
El cuexcomate se construye con barro con paredes curvas que impiden la entrada de roedores, con una cubierta de paja y una salida en la parte inferior tapada con un olote, por donde el grano sale por gravedad.
El cementerio de Ocotepec, Morelos, vecino de la ciudad de Cuernavaca se distingue por su arquitectura funeraria. Los habitantes de la localidad han dado formas de casas o templos a sus sepulcros, mismos que son pintados de vivos y diversos colores.
Los días 1 y 2 de noviembre de cada año el cementerio es visitado por las familias que limpian las tumbas,y las acicalan. Días antes las han pintado. Agregando flores de cempoalxochitl y terciopelo, otros adornos, que van desde plantas de maíz, papel picado y otros motivos, además de incensarios con copal y velas escamadas con elbaorados diseños de cera que elaboran en el pueblo.
Los deudos llevan el día dos al cementerio flores y adornos que fueron utilizados en las ofrendas nuevas.
Las familias permanecen alrededor de las tumbas, llevan alimentos y grupos de músicos ofrecen sus servicios en honor de los muertos.
El día dos se celebra una misa.
El cementerio de Ocotepec, Morelos, vecino de la ciudad de Cuernavaca se distingue por su arquitectura funeraria. Los habitantes de la localidad han dado formas de casas o templos a sus sepulcros, mismos que son pintados de vivos y diversos colores.
Los días 1 y 2 de noviembre de cada año el cementerio es visitado por las familias que limpian las tumbas,y las acicalan. Días antes las han pintado. Agregando flores de cempoalxochitl y terciopelo, otros adornos, que van desde plantas de maíz, papel picado y otros motivos, además de incensarios con copal y velas escamadas con elbaorados diseños de cera que elaboran en el pueblo.
Los deudos llevan el día dos al cementerio flores y adornos que fueron utilizados en las ofrendas nuevas.
Las familias permanecen alrededor de las tumbas, llevan alimentos y grupos de músicos ofrecen sus servicios en honor de los muertos.
El día dos se celebra una misa.
Las ofrendas nuevas son una costumbre nahua de Dia de Muertos en Ocotepec, Morelos. Se distingue por colocarse solo para los fallecidos en el año y tiene como peculiaridad el formar el cuerpo del difunto con productos agrícolas y una calavera de azúcar. El cuerpo se viste con ropa y huaraches nuevos, rebozo o sombrero y se colocan ofrendas de los platillos favoritos del difunto, comida que será consumida por los deudos e invitados.
Durante lo anterior rezadoras elevan oraciones y todos habla cpn el difuntos al colocar las ofrendas con la certeza que los escucha y acompañara.
Las ofrendas nuevas se colocan durante la mañana del dia primero de noviembre y se avisa a las 12 del día que están listas con el lanzamiento de cohetes.
Desde la puerta de las cas y hasta algunos metros en la calle se hace un camino de petalos de zempoalxochitl para orientar la llega dfel difunto e indicar a los transeúntes que en ese lugar hay ofrenda nueva, invitándolos a pasar. Donde se les ogrece, café, agua y otras cosas. El visitante debe entregar cirios.
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En las cuidadas tomas de Adalberto Ríos Szalay puede admirarse a color la volumetría de los monumentos de Xochicalco, Chalcatzingo y Teopanzolco, entre otros sitios arqueológicos, de las haciendas azucareras y la vasta arquitectura religiosa de la entidad, de la que no solo captó su magnificencia, sino también su ruina –a raíz de los sismos– y su ardua reconstrucción.
Al respecto, el responsable de la fototeca destaca que el artista, quien fuera titular del Instituto de Cultura de Morelos, fue un fiel acompañante de los procesos que el INAH y sus equipos de profesionales han desarrollado en pro de la conservación, estudio y difusión del patrimonio material e intangible estatal.
“La perspectiva antropológica es evidente en su trabajo documental. Tuvo relación con comunidades purépechas, rarámuris, seris, yaquis, mayas, tzotziles, tzeltales, zapotecas, huaves…, y, obviamente, nahuas y mestizas de Morelos.
“Adalberto comentaba que, antes de fotografiar, permanecía varios días con las familias tratando de generar confianza y contar con su permiso para documentar, y lo lograba. Por eso, en las imágenes se observa a las personas totalmente ajenas a la presencia del fotógrafo, e inmersas en sus actividades. Sin duda, lograba esa conexión”, anota Alvarado Tenorio.
Los primeros registros de este fondo datan de inicios de los años 80 del siglo XX, y refieren al trabajo de familias de Chalcatzingo en la elaboración de cuexcomates, almacenes en los que se guarda el grano para mantenerlo fresco y seco, sobrevivientes de una tradición alfarera de cientos de años.
Las comunidades abrieron sus hogares para que las acompañara y captara la intimidad de sus rituales. Ejemplo de ello son sus series en torno a la colocación de altares y ofrendas a los difuntos en Ocotepec, donde a los fallecidos en un acto violento se les recibe del 18 al 28 de octubre, y el día 31, a los muertos en gracia: los no nacidos, bebés, infantes, adolescentes y los que nunca se casaron.
De estos fotorreportajes sobresalen también sus tomas de las “ofrendas nuevas”, las cuales se alistan en la mañana del 1 de noviembre, en memoria de los que perdieron la vida el año en turno, y tiene como peculiaridad el formar el cuerpo del difunto con productos agrícolas y una calavera de azúcar.
Por todo lo anterior, el Fondo Archivos Compartidos Tres Ríos, de la Fototeca “Juan Dubernard Chauveau”, es un caleidoscopio en el que la riqueza social y cultural de Morelos, con sus hondas raíces, aparece renovada en sus múltiples colores. Puede consultarse en las instalaciones del repositorio, ubicado en la calle Matamoros No. 14, colonia Acapantzingo, en Cuernavaca, Morelos.