GIMNASIO LUPITA, A CUATRO ROUNDS
Texto y fotos por Pedro Anza
El escritorio del arquitecto Alberto Navarrete es lo único que permanece pulcro en el edificio de tres pisos del número 32 de la Calzada Becerra luego de más de seis meses de haber cerrado el Gimnasio Lupita. Ubicado en el corazón del emblemático barrio de Tacubaya, enfrente del Mercado Becerra, el gimnasio se vio obligado a cerrar a principios de marzo de 2020 tras decretarse la emergencia sanitaria por parte de las autoridades capitalinas.
En 1963, el señor Francisco Navarrete Herrera, abuelo de Alberto, inauguró en este lugar un negocio de baños públicos, los Baños Lupita que, a los pocos años, para fomentar el deporte en la comunidad, incluyó como complemento un área de entrenamiento de lucha libre, pesas y boxeo. Este último ganó protagonismo rápidamente.
Al paso del tiempo, el sitio comenzó a ser conocido entre la gente del barrio como el Gimnasio Lupita.
—No se entiende Tacubaya sin lo que es los Baños y el Gimnasio Lupita, espacio en el que la gente que ahorita ya es mayor aquí estuvo de niño, o se venían a bañar o venían a entrenar al gimnasio, que es parte de la comunidad de Tacubaya —cuenta el Arqui, como apodan a Alberto los boxeadores que entrenan en el recinto.
Para seguir leyendo, adquiere la revista CUARTOSCURO 167 o suscríbete y recibe la publicación trimestral hasta la puerta de tu casa. Informes: suscripciones@cuartoscuro.com y a los teléfonos: 5211 2607 y 5211 2913 en la extensión 107
El escritorio del arquitecto Alberto Navarrete es lo único que permanece pulcro en el edificio de tres pisos del número 32 de la Calzada Becerra luego de más de seis meses de haber cerrado el Gimnasio Lupita. Ubicado en el corazón del emblemático barrio de Tacubaya, enfrente del Mercado Becerra, el gimnasio se vio obligado a cerrar a principios de marzo de 2020 tras decretarse la emergencia sanitaria por parte de las autoridades capitalinas.
En 1963, el señor Francisco Navarrete Herrera, abuelo de Alberto, inauguró en este lugar un negocio de baños públicos, los Baños Lupita que, a los pocos años, para fomentar el deporte en la comunidad, incluyó como complemento un área de entrenamiento de lucha libre, pesas y boxeo. Este último ganó protagonismo rápidamente.
Al paso del tiempo, el sitio comenzó a ser conocido entre la gente del barrio como el Gimnasio Lupita.
—No se entiende Tacubaya sin lo que es los Baños y el Gimnasio Lupita, espacio en el que la gente que ahorita ya es mayor aquí estuvo de niño, o se venían a bañar o venían a entrenar al gimnasio, que es parte de la comunidad de Tacubaya —cuenta el Arqui, como apodan a Alberto los boxeadores que entrenan en el recinto.
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