Fernando Aceves: compases fotográficos en escena
Texto: Jorge R. Soto (publicado en la revista 62 Cuartoscuro en 2003)
La fotografía es el arte de captar en segundos un momento irrepetible para preservarlo del olvido. Esta sentencia aplica, en términos generales, al quehacer de la lente, sin embargo, adquiere vigencia plena cuando se intenta capturar el sentimiento de la actuación de un artista sobre el escenario. Fernando Aceves es, sin lugar a dudas, la persona que, en México, ha podido llevar a cabo esta tarea con la mayor precisión y profesionalismo otorgando a esta actividad la relevancia que merece.
Fernando Aceves nació en la Ciudad de México en el año de 1965 y, dicen quienes lo conocieron entonces, que desde siempre tuvo una cámara en la mano, dispuesto a encerrar en un cuadro de 12.5 x 9 centímetros, escenas de todo tipo. A temprana edad mostró una inclinación natural por la música en general y, en particular por el rock; del mismo modo le surgió el deseo de continuar avanzando en el ámbito de la fotografía por lo que, de manera autodidacta, fue descubriendo poco a poco los secretos de esa exigente disciplina. Más adelante, se dio cuenta de que no sólo se trataba de enfocar la lente y oprimir el obturador, por ello, ávido de aprender otras sutilezas y especificaciones técnicas, se dio a la tarea de perfeccionarse por medio de los diversos talleres y cursos a los que asistió empezando así a moldear su estilo y a transitar con paso firme por el terreno de los espectáculos musicales multitudinarios en donde ha conseguido consolidar su presencia y obtener reconocimiento por su trabajo.
Hace poco más de 12 años que este fotógrafo mexicano ha venido desarrollando un instinto particular para (en fracciones de segundos, durante un par de canciones) atrapar la esencia en la interpretación de un artista. Su amplio conocimiento de las tendencias musicales lo ha ayudado a entender las motivaciones escénicas de los artistas que retrata, sin embargo, esto también ha sido posible gracias a un ejercicio de perseverante observación que le ha permitido compaginar sus dos grandes pasiones: la fotografía y la música. Agazapado en la oscuridad, acechando al borde del escenario, pacientemente, Fernando espera, aguarda el momento preciso para dirigir su cámara hacia el objetivo, efectuar el disparo y conseguir la imagen deseada.
Asimismo, documenta las actuaciones de artistas de todos los géneros musicales, aunque personalmente prefiere el rock que es un mar rítmico que entiende a la perfección y en donde se sumerge en todo momento para captar la energía de sus mejores representantes.
Fernando trabaja con película de 35 mm y, en fechas recientes añadió el manejo del formato digital debido principalmente a las necesidades de la industria editorial de la que también forma parte. Un aspecto importante de su técnica es que no añade iluminación especial en ninguna situación determinada.
Fernando Aceves ha trabajado para promotores de conciertos, compañías discográficas, publicaciones nacionales (en las revistas Switch, La Mosca, Nuevo Siglo, los periódicos Reforma, El Universal, etc.) y extranjeras como Gatopardo, de Colombia, Player Magazine, Free and Easy y Playboy, de Japón; Focus, de Alemania y Kerrang, de España. Su quehacer fotográfico ha llamado la atención de artistas para quienes ha trabajado directamente, tales son los casos de: Paul McCartney (1993); Pink Floyd (1994); Scorpions (1994); David Bowie (1994) y los Rolling Stones, entre otros. Como fotógrafo independiente ha cubierto más de 100 conciertos en Estados Unidos, Canadá, Europa y más de 900 dentro de la República Mexicana.
En 1995 cuando la gran crisis económica en México obligó a reducir el número de conciertos de artistas internacionales en nuestro país, Fernando Aceves se embarcó, por invitación del grupo de rock Caifanes, en una gira por Colombia, Estados Unidos y México. Una vez terminada su labor, mostró el resultado al cantante del grupo y éste se sorprendió de las imágenes; según él, nunca se había percibido así. Al poner frente a los ojos de este artista la perspectiva visual del público, Fernando descubrió el propósito de su actividad profesional y su reto más grande: ver lo que nadie más percibe y atraparlo en una fotografía. Esto cambió el enfoque de su trabajo para siempre.
Independientemente de las fotografías de Aceves que cotidianamente se publican en periódicos y revistas, él mismo se dio a la tarea de llevar a cabo proyectos editoriales propios, de esa inquietud nació la idea de realizar 129 retratos, en blanco y negro, de músicos que han sido protagonistas de la escena del rock and roll mexicano. El libro, resultado de este esfuerzo, lleva por título: Ilusiones y destellos: Retratos del Rock Mexicano (Plaza & Janés, 1999).
Al año siguiente, Aceves, junto con el periodista Sergio Monsalvo, se dieron a la tarea de elaborar otro libro titulado: 50 Jazzistas Mexicanos (edit. Independiente, 2000), un documento único en su género en México ya que, por primera vez, se documentó a través de medio centenar de retratos la historia de los actores principales del sincopado ritmo en nuestro país.
En el año 2000, el Museo de Arte Moderno de la ciudad de México, presentó su muestra individual The Rolling Stones que mostraban fotografías del célebre grupo británico tomadas por Fernando Aceves en diversos escenarios del mundo, en diferentes épocas. Se trató de fotografías de gran formato en color. Esta fue la primera vez que el rock a través de un trabajo fotográfico de esta naturaleza hacía su entrada en ese recinto del Bosque de Chapultepec.
Dos años más tarde, en el mes de septiembre Aceves fue el único artista latino seleccionado para presentar su trabajo en la Galería Govinda de Washington, DC, Estados Unidos, formando parte de la exhibición «40 X 20», una celebración en imágenes del cuadragésimo aniversario de la carrera de los Rolling Stones. Para esta muestra fueron elegidos 20 de los fotógrafos más destacados que habían captado a esa institución inglesa a partir de 1962. Fernando Aceves compartió el espacio con personajes tan renombrados como: Gred Mankowitz, Ethan Russell, Baron Wolman y Mark Selieger. Esta misma exposición se presentó en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México, en la primavera de 2003.
El trabajo de Fernando Aceves forma parte importante del colectivo de fotógrafos «RockArchive», que tiene su base en Londres, Inglaterra, dirigido por la reconocida fotógrafa de rock and roll, Jill Furmanovsky, asimismo, está representado, a nivel mundial, por la empresa Planet Syndication de Londres. Actualmente Fernando Aceves es el fotógrafo oficial del Auditorio Nacional y el único dedicado exclusivamente a la música, porque en todos estos años, ha entendido que dedicarse a ella es un oficio de tiempo completo y no un pasatiempo ocasional.