FASCINACIÓN MODOTTI-WESTON
“Tú fuiste la única guía e influencia vital que me inició en este trabajo que no es nada
más un medio de vida, sino un trabajo al que he llegado a querer con verdadera pasión
(…) Bendito sea el día en que sentimos que teníamos algo que darnos”.
Tina Modotti
“Lo que me has dado en belleza y finura es parte permanente de mí y me acompañará
adonde la vida me lleve; mi amor es tuyo por siempre”.
Edward Weston
Fragmentos de la correspondencia entre ambos artistas
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El Museo de Arte Moderno y el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey ponen a dialogar las fotografías de la italiana Tina Modotti y del estadounidense Edwar Weston a través de la exposición Fascinación: Modotti–Weston que presenta una selección de 70 fotografías que realizaron ambos fotógrafos entre 1923 y 1926 y que muestra “la colaboración e influencia entre ambos durante la relación sentimental y profesional que sostuvieron en México.”
La expresión “como dos gotas de agua”, aplicable para un comparativo en extremo mimético, es veraz en una pareja de fotógrafos que vivieron no sólo un enamoramiento adictivo, sino una transferencia de un discurso fotográfico mutuo. Es la historia de la bellísima Tina Modotti (1896- 1942) y el perfeccionista Edward Weston (1886-1958), quienes fascinados mutuamente produjeron imágenes que por primera vez revelan esa cercanía, no sólo afectuosa, sino imaginativa, entiéndase como realización de imágenes.
El Museo de Arte Moderno (MAM), en colaboración con el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), estrena la mirada dual de ambos artistas en la exposición “Fascinación: Modotti-Weston”; nunca antes habían sido comparados tan de cerca intencionalmente. La muestra está integrada por 67 fotografías, 35 de Edward Weston , 29 de Tina Modotti y 3 de un autor no identificado.
Se creería que el acto de fotografiar, aquel impulso que obliga a ver, es individual, aislado, unipersonal… sin embargo, cuando dos fotógrafos comparten la piel y la cama, sintonizan, consciente o inconscientemente, su fotografía. Lo primero que uno nota al entrar a la sala de exposición es una línea, invisible y dialógica, entre una imagen y su consecutiva. Son murmullos imperceptibles comunicándose simultáneamente entre una fotografía y otra, son Tina y Edward muertos, pero vivos y en conversación.
Sylvia Navarrete, actual directora del MAM, y curadora de esta exposición, realizó la compleja tarea de conjuntar las imágenes de ambos: por un lado, las producidas por la indomable Tina, que a los diecisiete años abandona su natal Italia, atraviesa el Atlántico hasta llegar a Nueva York y concluye su travesía en San Francisco, en donde se reencontró con su padre, todo en solitario; y por el otro, las fotografías de Weston, “un personaje sedentario, diez años mayor a ella, fotógrafo de estudio y de fama local como uno de los mejores retratistas”, dice, obsesionado con la forma y la estética, desencantado en cierto punto de la pobreza y la fealdad del ser humano y las condiciones precarias del México de aquel momento.
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“Ambos se conocen en California y es justo cuando muere el marido de Tina Modotti, quien era artista, que ambos empiezan a frecuentarse. Él, casado y con cuatro hijos, ella con un legado de fama sulfurosa y una belleza indescriptible; empiezan a urdir el plan de irse a vivir a México porque estaba en pleno renacimiento mexicano”, relata. Un México muralista, artístico en colmada vanguardia, efervescente, que despertaba de un entumecimiento político para acercarse a la ideología comunista, es el escenario del proceso romántico y creativo de este par.
Para añadir algo anecdótico, la curadora menciona que “era mal vista su relación, tanto que llegan al país acompañados de su chaperón, el hijo de Weston”. A pesar de esto, al arribar a México se convierten en la pareja estelar de las fiestas, esas reuniones bohemias entre artistas amigos, a quienes retratan fortuitamente y por encargo.
Sí, dos espejos, mirándose y reflejando su pensamiento íntimo, que es la intención de esta curaduría, pero en detalle y profundidad, diferentes. Obrera hilandera, modista, actriz, aprendiz de fotografía y “femme fatale”; obseso-compulsivo, perfeccionista, alabador de la belleza de los objetos, ¿cómo empatar las fotografías de dos personalidades tan diversas? Él fotografió a Tina desnuda, ella prefirió no hacer demasiados retratos de él, Weston optó por las naturalezas muertas, Modotti socializó su fotografía, le interesaba la gente, a él le interesaba la beldad de un objeto de porcelana: el excusado; él abstraía, ella construía un diálogo con el entorno. Un recorrido visual construyendo y destruyéndose al mismo tiempo, asemejando engañosamente algo similar, en ocasiones sí, pero en esencia opuestos.
La mirada de Edward Weston influyó en la forma de hacer fotografía no sólo de Tina sino de muchos fotógrafos más como Manuel Álvarez Bravo, es en México en donde Weston se olvida del «pictorialismo» y se adentra en la “fotografía directa” de donde surgen imágenes abstractas que van determinando la forma de mirar del fotógrafo.
Tina Modotti durante su estancia en México produjo cerca de 400 negativos en donde documenta la vida social y rural del México de la década de los años 20. “Su magnética personalidad y su ideología le ganaron en México la fama de ícono sexual y de agente secreto comunista», comenta la directora del MAM.
Son cuatro los temas que guían la exposición: retratos que se realizaron mutuamente; retratos mundanos e indigenistas; manos y cuerpo y objetos, durante el recorrido se descubren símiles pero también abismales diferencias.
“La fascinación es», de acuerdo con Sylvia Navarrete, «el combustible de la creatividad prodigada en la temporada mexicana de Modotti y Weston»; y también es, a la postre, «el efecto que siguen ejerciendo en nosotros las extraordinarias imágenes de sendos fotógrafos.”
“Fascinación: Modotti-Weston” es quizá una oportunidad única para visitar este esfuerzo conjunto entre diversos acervos fotográficos, como son el del MAM, el del Museo Nacional de Arte del INBA, del Sistema Nacional de Fototecas (Sinafo), el INAH, el Archivo Miguel Covarrubias de la Universidad de las Américas Puebla, el Center for Creative Photography de Tucson, el International Museum of Photography and Film de Nueva York, la Galería López Quiroga, Fundación Televisa y el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo de Oaxaca.
La exposición permanecerá abierta al público a partir del sábado 31 de enero y hasta el 03 de mayo de 2015 en el Museo de Arte Moderno de la ciudad de México. Av. Paseo de la Reforma S/N, Miguel Hidalgo, Bosque de Chapultepec.
El sábado 28 de marzo se presentará el catálogo de la exposición a las 12:00 hrs.