En movimiento

Mujeres a la cámara (1/2)
Elisa Lozano
A Renata Elizondo, con cariño y admiración
“Hay más mujeres astronautas que cinefotógrafas”. nos dice Celiana Cárdenas, una de las pocas féminas que ha logrado filmar largometrajes en México, Estados Unidos y Canadá, país donde reside desde hace varios años. Cárdenas no exagera, por ello dedicaremos ésta y la siguiente entrega a la revisión del trabajo y aportaciones de seis audaces y talentosas mujeres, que han logrado salvar numerosos obstáculos para ejercer el oficio que les apasiona: la cinefotografía.
Las pioneras
Las veracruzanas Dolores y Adriana Elhers representan un caso notable en la historia del cine nacional al ser consideradas por los especialistas en la materia como el primer antecedente femenino en el quehacer profesional de la fotografía en movimiento.
Siendo muy jóvenes establecen un estudio fotográfico en su estado natal, donde en una ceremonia oficial fotografían al presidente Venustiano Carranza (entonces fugitivo), como señala Gabriel Ramírez: “En un ámbito esencialmente masculino, tuvo que causar una enorme impresión la audacia de esas jóvenes lidiando con sus incómodas vestimentas y su insistencia de plantar esos pesados cajones ante el presidente para fotografiarlo”. Días después se presentan en su domicilio para entregarle el retrato, y al ser cuestionadas por el mandatario sobre cuál era su mayor ambición en la vida, las Elhers decididas respondieron que el cine, por lo que éste las ayudó a obtener una beca para especializarse en Estados Unidos. Así, entre 1915 y 1919 realizan estudios formales en Boston, Washington y Nueva York.
Gracias a esa preparación, obtenida en tiempos en los que el acceso a una carrera era poco común para las mujeres de nuestro país, las Elhers alcanzan el estatus de “profesionales”, es decir, un rango más elevado que el de la mayoría de sus colegas varones, formados en su mayoría en la práctica cotidiana y la prueba–error.
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