El México de Leo Matiz
Los pasos del colombiano Leo Matiz (Aracataca, 1917) por México dejaron un archivo de imágenes que tenía que ser rescatado en el valioso libro editado por DGE/Equilibrista en colaboración con la fundación que lleva el nombre del artista e Invercap, en 2008. En “El México de Leo Matiz”, el fotógrafo captura la memoria de nuestro país de mediados del siglo 20 a través de imágenes que, reunidas en diferentes series, crean y recrean el mundo indígena, la vida cotidiana de la ciudad de México, el trabajo de los artistas plásticos más importantes de la época y la difícil rutina de las Islas Marías. Matiz, quien había iniciado su carrera como reportero gráfico en su natal Colombia y en América Central, llegó caminando a México para ganarse la vida con su dibujo de gran caricaturista y “su cámara en bandolera”, vinculándose a la prensa del país en 1940. Tenía sólo 23 años. Además de su trabajo como fotógrafo para Reader´s Digest, Look, Norte, Harper Magazine, Life. En México laboró también como fotógrafo de rodaje de cine, con el apoyo de Gabriel Figueroa y Manuel Álvarez Bravo, por lo que le tocó retratar los castings de actrices como María Félix o los registros de artistas como Cantinflas, Dolores del Río y Esther Williams. Destaca su serie sobre los niños, sus caras indígenas, las imágenes de los huérfanos, de los aguadores, de los pequeños jugando o bañándose en el río, lo mismo que sus retratos de ancianos, en los que capta la dignidad del pasado para convertirlos, casi, en personajes. De alguna manera, en muchas de sus obras, se “siente” una perspectiva cinematográfica que da a sus fotografías un estilo particular. Quizá una de las fotos más bellas incluidas en el libro es la de una mujer maya preparando el hilo para la palma, o las del corte del henequén, o el nacimiento del volcán Paricutín, o quizá el interesante reportaje de la vida de los presidiarios en las Islas Marías. Es también un gran documento la serie de retratos de artistas como el del escultor Luis Ortiz Monasterio, Diego Rivera trazando un mural, una pausa en el trabajo de José Clemente Orozco y diversas tomas de David Alfaro Siqueiros, muralista con quien Matiz tuvo una polémica pública, hecho que lo hizo abandonar el país para no volver sino hasta 1997. El libro, con textos de Álvaro Mutis, Alejandra Matiz y Marta Zamora, abre una visión sobre un artista de la lente que, de acuerdo con el texto de la publicación, fue reconocido en 1995 como uno de los 10 mejores fotógrafos del mundo.