A UN PASO DE LA FRONTERA. REPORTAJE TERCERO DÍAZ

Por Tercero Díaz
Todos los años miles de personas de todas las edades, hombres y mujeres, recorren el país para llegar a las ciudades fronterizas que colindan con Estados Unidos con el propósito de cruzar al “otro lado” y obtener una vida mejor. Provenientes no sólo de México, sino también de otros países, toman el riesgo que conlleva la travesía con tal de escapar de la inseguridad, violencia y carencias de recursos que padecen en sus lugares de origen.
Son pocos los que logran ingresar al país del norte. En el peor de los casos, los migrantes son secuestrados, explotados sexualmente, reclutados por el narcotráfico, desparecidos o asesinados en algún asalto. Sin embargo, una gran número de personas llegan a ciudades fronterizas como Tijuana y Mexicalli y al no tener una forma segura de cruzar la línea se quedan en situación de calle vagando. Ante la falta de un empleo existe la posibilidad de empiecen a delinquir para obtener alimentos o verse envueltos en consumo de drogas.
Para ayudar a los indocumentados que se quedan de este lado de la frontera, sectores de la sociedad se organizan y forman Asociaciones Civiles para albergar y apoyar de diferentes maneras tanto a mexicanos como a extranjeros. Estos organismos se encargan de conseguir edificios, alimentos, abrigo y otros insumos que ofrecen sin pedir nada a cambio a los cientos de personas que día con día llegan al norte del país.
[slideshow_deploy id=’48932′] En Mexicali destaca la organización de Ángeles sin Fronteras A.C., a cargo de Sergio Tamai, fundadores del Hotel del Migrante en la zona centro de la capital de Baja California, quienes año con año proporcionan de forma gratuita alimentación y techo a hombres deportados de los Estados Unidos. El hotel en una propiedad amplia de dos pisos que cuenta con diversas recámaras y literas, a los que se internan en este sitio se les permite quedarse por tres días antes de continuar su viaje.
Cabe mencionar que en Mexicali existen cientos de deportados en condición de calle, por lo que además de los albergues, múltiples organizaciones religiosas organizan comedores en los parques cercanos a la garita centro, donde se les ofrece comida, agua y “la palabra de Dios”.
Por otra parte, en Tijuana se encuentra la Roca de Salvación, un refugio ubicado en la colonia Azteca donde se reciben a familias enteras y se les permite quedarse hasta por tres meses. Personas de cualquier sexo, son alimentadas y cobijadas en este sitio que lleva ocho años de existencia a cargo del pastor Salvador Zepeda Magallón.
La Viña de Tijuana, es otro albergue creado en el 2007 por el pastor Carlos Francisco Morales del Toro originario de Jalisco. Aquí las personas pueden permanecer por tiempo ilimitado, es un sitio mixto y alojan alrededor de tres mil personas mensualmente.
[slideshow_deploy id=’48921′] En un antiguo hotel del centro de Tijuana se formó desde hace cinco años el albergue “Jehová protege a su pueblo”, liderado por Juan Antonio Sáenz, aloja cerca de 300 personas con el único requisito de mostrar su papel de deportación para poder ingresar y obtener los servicios gratuitos. Los indocumentados cuentan con 21 días como límite para hospedarse y se recibe solamente a varones.
El Movimiento Juventud 2000, A.C., presidido por José Ma. García Lara, es otro lugar pegado a la línea fronteriza cerca del centro de Tijuana. Aquí los migrantes pueden quedarse de 15 a 20 días, dependiendo de sus necesidades y de los casos particulares de las personas que ahí se albergan. Esta asociación civil realiza campañas de concientización dirigidas a la sociedad en general para contrarrestar el estigma que pesa sobre los indocumentados. Estas actividades constan de mesas de diálogo en espacios públicos donde se convoca a la mayor cantidad de civiles.
Estos refugios por lo general están deteriorados, son insuficientes para atender a los migrantes y sufren de la marginación y estigma de la sociedad hacía ellos debido a la mala imagen que dan en las comunidades. A pesar de todo eso y de no recibir en la mayoría de los casos apoyo económico por parte de las autoridades de los tres niveles, estos sitios responden a quienes acuden por descanso y alimento antes de continuar el viaje hacia su destino, Estados Unidos, o a sus lugares de origen.